En una sociedad conservadora como la de Sudán del Sur, la menstruación es tabú. Es tan tabú que las madres no suelen hablar de ella con sus hijas, y además tiene importantes implicaciones sociales. Las niñas pueden sufrir burlas o abusos en la escuela durante la menstruación, y a menudo disponen de pocos productos de higiene femenina. En algunas comunidades rurales, con la primera menstruación se considera que una niña está lista para casarse, y su familia y su comunidad pueden obligarla a contraer un matrimonio que tal vez no desee. En otras comunidades, las investigaciones realizadas por MOMENTUM Integrated Health Resilience han demostrado que el padre o el hermano de una niña pueden golpearla al comienzo de la menstruación, por considerarlo una señal de que la joven se ha vuelto sexualmente activa. Junto con el trabajo en las comunidades para promover la planificación familiar voluntaria y la salud reproductiva, y los esfuerzos para fortalecer la resiliencia sanitaria en apoyo de la salud materna, neonatal e infantil, MOMENTUM trabaja con grupos comunitarios en Sudán del Sur para abordar cuestiones relacionadas con el género y la gestión de la higiene menstrual.

Las propias niñas pueden no saber qué productos utilizar durante la menstruación y, antes de las actividades de MOMENTUM, había altas tasas de infección entre las niñas porque no entendían la higiene menstrual adecuada. Como resultado del estigma y otras implicaciones de la menstruación, las niñas pueden perder varios días de escuela cada mes; un informe de una encuesta encontró que más del 60% de las niñas en Sudán del Sur faltan a la escuela de cuatro a ocho días durante sus períodos menstruales.

MOMENTUM se ha asociado con una organización no gubernamental local, The Rescue Initiative-South Sudan (TRI-SS), para desarrollar programas comunitarios de salud y para jóvenes centrados en la planificación familiar voluntaria, la salud reproductiva, la violencia de género y temas relacionados, como la gestión de la higiene menstrual. Esta asociación incluye el trabajo con los alumnos y el personal de la Escuela Comunitaria Primaria Lologo 1, un conjunto de aulas de bloques de cemento apretados en las polvorientas afueras de Juba, la capital de Sudán del Sur.

"Estas niñas aprenden sobre la menstruación en la escuela y de sus amigas mayores, no de sus padres. Pero una profesora de esta escuela tenía que hablar con 261 niñas sobre cómo mantenerse durante la menstruación", explica Harriet Fikira, responsable de protección y violencia sexual y de género de TRI-SS. "No tenía toda la información y el apoyo que necesitaba, así que hablamos con los profesores varones para que la apoyaran a la hora de hablar con estas niñas. Es un tema importante porque las tasas de abandono escolar de las niñas tras su primera menstruación son muy altas."

Los esfuerzos de MOMENTUM y TRI-SS en Sudán del Sur se alinean con varios de los objetivos programáticos e inversiones de USAID, incluyendo el fortalecimiento de los socios locales, la participación de las comunidades locales, el apoyo a la salud y la dignidad de las mujeres y las niñas, la reducción del matrimonio infantil, precoz y forzado, y la lucha contra la violencia de género. Pero existen retos importantes, especialmente para las mujeres jóvenes. Por ejemplo, la edad media de matrimonio de las mujeres jóvenes en Sudán del Sur es de 18,4 años, y Sudán del Sur ocupa el segundo lugar en prevalencia de violencia de género en África Oriental.

Para ayudar a afrontar los retos, TRI-SS organizó actividades como parte del Día Mundial de la Higiene Menstrual (28 de mayo de 2023) en la Escuela Comunitaria de Lologo, en coordinación con la escuela y MOMENTUM. Una de las actividades consistió en un breve juego de rol en el que un chico le da a una compañera su jersey para que se lo ponga alrededor de la falda después de que ella se haya manchado en clase durante su periodo menstrual. A pesar de la estigmatización del tema, dos valientes estudiantes dieron un paso al frente entre sus compañeras y se ofrecieron voluntarias para protagonizar el juego de rol. El objetivo era hacer comprender a los alumnos de la escuela que se trata de una parte normal de la vida.

Julia Night, de 18 años, es una chica alta y más bien tímida que no se reconoce inmediatamente como líder. Pero como es la mayor de seis hermanos huérfanos de padre, ha pasado la mayor parte de su vida afrontando retos. Cuando se le pidió que desempeñara un papel, se ofreció.

"Las otras chicas tenían miedo de interpretar el papel porque en mi escuela y en mi comunidad no se habla abiertamente de la menstruación. Las chicas pensaban que era vergonzoso", explica Julia. "Me ofrecí voluntaria porque quería que las niñas supieran que la menstruación es normal y que todas las niñas deben pasar por ella".

Steven Severio, de 14 años, vive en la cercana comunidad de Oruyia, y su camino diario a la escuela dura unos 45 minutos por carreteras irregulares y barrancos. En su clase de 100 alumnos, fue el único que levantó la mano cuando los responsables del juego de rol pidieron voluntarios.

"Lo hice para ayudar a mi hermana estudiante", dice Steven, que es el segundo más joven de siete hermanos. "Quería contribuir, y sentí alegría al estar en el escenario. Los otros chicos aprendieron cosas que serán útiles para las chicas en el aula. Las cosas son más difíciles para las chicas, sobre todo por los problemas que plantea la gestión de la higiene menstrual."

"Los chicos se reían de mí cuando me preparaba para representar el papel", suspira Julia. "Pero mi papel hizo que los chicos entendieran que es normal que las chicas menstrúen, y deben apoyar a las chicas que menstrúan. Los chicos deben saber que nuestros cuerpos sufren cambios y deben ayudar a las chicas que menstrúan y mancharse; los chicos también deben hablar de la menstruación a otros chicos."

"Ese día llegamos a 200 alumnos con mensajes de concienciación sobre la gestión de la higiene menstrual", explica Leyaa Nejuwa, responsable de cambio social y de comportamiento de TRI-SS. "Los juegos de rol reforzaron los mensajes y luego recogimos las opiniones de los asistentes".

Parece que los mensajes fueron bien acogidos por los alumnos. Charles Obura Martisio, el director de la escuela que también dirige un aula de 60 alumnos, ha notado una diferencia de comportamiento desde la representación y las lecciones relacionadas: "Las niñas han dejado de faltar a clase por la menstruación".

Las acciones escolares patrocinadas por TRI-SS y MOMENTUM forman parte de una estrategia comunitaria más amplia para implicar a los padres y a sus hijas, y para crear una concienciación y un apoyo relevantes entre los varones.

Durante las reuniones comunitarias, los padres dijeron que aprendieron sobre la menstruación de otros compañeros mientras crecían, por lo que no saben cómo empezar a hablar con sus hijas, según Harriet Fikira, de TRI-SS. Los padres sí dicen estar dispuestos a apoyar a sus hijas, a asegurarse de que las niñas completan su educación, y a proporcionarles compresas y hablarles de la menstruación en casa. Harriet dice estar agradecida por los cambios positivos que están viendo en la comunidad gracias a la asociación con MOMENTUM.

Los esfuerzos también alcanzan el objetivo de MOMENTUM de reforzar la resiliencia sanitaria. A medida que las comunidades aprendan a conocer las mejores prácticas para las jóvenes durante la menstruación, mejorará el saneamiento. La escuela de la comunidad tampoco disponía de servicios higiénicos adecuados para las niñas, y esto se está solucionando.

"Antes del juego de rol, no entendía el efecto que tenía la menstruación en la educación de las niñas, y me preguntaba por qué mis compañeras faltaban con frecuencia a clase", explica Steven, que quiere ser ingeniero mecánico algún día porque le gusta intentar reparar coches. "Espero que los chicos ayuden a las chicas y sean comprensivos en lugar de acosarlas. Si chicos y chicas trabajan juntos, todos seremos más felices".

Sigue habiendo problemas, como la falta de limpieza de los aseos y de agua para lavarse.

"Espero que las chicas reciban apoyo y que la menstruación se vea como algo normal. Los chicos pueden transmitir el mensaje a los demás para crear un cambio en la comunidad", concluye Julia.