La débil gobernanza de los sistemas sociales, económicos y sanitarios es una característica distintiva de los entornos frágiles en los que opera MOMENTUM Integrated Health Resilience. En estos contextos, la fragilidad puede verse desencadenada o exacerbada por conflictos civiles y políticos, catástrofes naturales, instituciones débiles, crisis económicas, fenómenos de cambio climático, desplazamientos de población, pobreza extrema o corrupción, y otras crisis agudas o tensiones crónicas. Para contrarrestar el efecto de estas conmociones y tensiones en la atención sanitaria, el proyecto trabaja para fortalecer la resiliencia sanitaria, o la "capacidad de las personas, los hogares, las comunidades, los sistemas y los países para mitigar las conmociones y tensiones, adaptarse a ellas y recuperarse de ellas, de manera que se reduzcan las vulnerabilidades agudas y crónicas y se faciliten unos resultados sanitarios equitativos" (USAID). El fortalecimiento de la resiliencia incluye la mejora de la preparación, la respuesta y la recuperación ante las conmociones y tensiones que afectan a la atención de SMNI/FP/SR.

MOMENTUM Integrated Health Resilience colabora con socios públicos y privados mundiales, regionales y locales para evaluar la fragilidad, la complejidad y los riesgos de los contextos y situaciones de programación. A continuación, el proyecto adapta la programación en función de las necesidades de un país concreto y de la conmoción o tensión específica. La colaboración, el aprendizaje y la adaptación coordinados por el proyecto ayudan a supervisar las situaciones en curso. La recopilación de datos ayuda a identificar las lagunas en los conocimientos y a modificar la programación según sea necesario.

La Resiliencia Sanitaria Integrada de MOMENTUM hace hincapié en el diseño y la supervisión de programas equitativos para los jóvenes y las mujeres, con el fin de abordar los factores sociales que influyen en la salud de las mujeres, los recién nacidos, los niños y las familias. Este enfoque mejora la atención del sistema sanitario a las comunidades desatendidas, incluidas las poblaciones más pobres, marginadas y estigmatizadas. El fomento de la responsabilidad social anima a las comunidades y a los funcionarios públicos a trabajar juntos para garantizar que los servicios prestados sean pertinentes para todas las partes. Un enfoque holístico, que incluya la participación de hombres y niños para promover la igualdad de género, ayuda a reducir las disparidades y refuerza las intervenciones comunitarias para todos.