La reducción de la carga que suponen los nacimientos prematuros comienza con la colaboración entre los profesionales sanitarios y los padres. El personal sanitario debe implicar a los padres en el cuidado de los recién nacidos prematuros hospitalizados, lo que incluye comunicarse con ellos con frecuencia, hacerles partícipes de la toma de decisiones sobre su bebé y ayudarles a asumir los elementos apropiados del cuidado de sus bebés hospitalizados. La participación activa de los padres no sólo garantiza resultados positivos para la lactancia materna y el crecimiento de sus hijos, sino que además están menos estresados y mejor preparados para cuidar de su hijo tras el alta hospitalaria.

Los gobiernos, los donantes, las sociedades profesionales y las instituciones académicas y de formación deben trabajar juntos para desarrollar y apoyar la aplicación de políticas basadas en pruebas y necesidades que garanticen la disponibilidad de proveedores de alta calidad, así como el desarrollo continuo de sus habilidades. Estos proveedores deben ser considerados profesionales especializados, desplegados y contratados de acuerdo con su conjunto de habilidades, que se apoyan mejor mediante formación in situ basada en equipos, simulaciones, enseñanza práctica, tutoría de seguimiento y resolución de problemas en equipo.