por Tamar Abrams, Escritora/Editora, MOMENTUM Knowledge Accelerator

Diez años pueden ser un abrir y cerrar de ojos para un proyecto de desarrollo mundial o el tiempo más importante en la vida de un niño. Y cuando se crea una estrategia para mejorar la salud de los niños que viven en los países más pobres del mundo, diez años pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.

La mayoría de nosotros estaría de acuerdo en que mejorar las oportunidades de supervivencia y desarrollo de todas las madres y recién nacidos es una prioridad absoluta, independientemente del lugar del mundo en el que se viva. La comunidad mundial respondió al reto y, hace diez años este mes, USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) presentó el informe Acting on the Call. En él se esbozaban intervenciones sencillas, rentables y basadas en pruebas que, de adoptarse, podrían salvar la vida de millones de niños.

Estos esfuerzos desempeñaron un papel fundamental en la creación de un movimiento mundial en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los ODS esbozaron metas concretas y mensurables para mejorar la salud en todo el mundo, incluidos dos objetivos específicos para prevenir la mortalidad infantil y materna y una docena de otros vinculados a la mejora de las probabilidades de supervivencia de madres y niños. Sobre esta base, USAID se asoció con los gobiernos de los países para desarrollar planes de acción nacionales específicos para impulsar el progreso anual hacia estos ambiciosos objetivos.

Los resultados, diez años después, son prometedores. Desde 2012, USAID ha hecho posible que:

• 44 millones de mujeres den a luz en un centro sanitario;
• 33 millones de recién nacidos recibirán atención tras el parto;
• 23 millones de personas tendrán acceso a agua potable básica; y
• 14 millones de trabajadores sanitarios recibirán formación en salud y nutrición materno-infantil.

Sólo en 2021, USAID ayudó a más de 91 millones de mujeres y niños a acceder a cuidados esenciales, a menudo vitales.

Aun así, en 2021, cinco millones de niños murieron antes de cumplir los cinco años, la mitad de ellos recién nacidos. Y los retos para el éxito siguen llegando: COVID-19, conflictos mundiales, cambio climático, violencia sexual y de género, pobreza y enfermedades infantiles emergentes. Centrarse en una nutrición adecuada, la vacunación y la prevención y el tratamiento de las enfermedades infantiles más comunes podría salvar la vida de innumerables niños.

El proyecto MOMENTUM de USAID desempeña un papel integral en el intento de acelerar la reducción de las muertes de madres, recién nacidos y niños en algunos de los países más afectados. Sus seis socios se centran en reforzar la capacidad, la sostenibilidad y la resistencia de las instituciones locales, desde las clínicas de salud y las comadronas hasta los trabajadores sanitarios comunitarios y los líderes religiosos. Sólo se pueden lograr avances sostenibles si las soluciones a los retos de la supervivencia infantil son desarrolladas por quienes viven en las comunidades afectadas.

MOMENTUM trabaja para garantizar que los niños reciban todas las vacunas infantiles rutinarias, que las matronas aborden la violencia de género con sus pacientes, que los recién nacidos con problemas de salud sean rápidamente identificados y tratados, y que las mujeres tengan acceso a los métodos de planificación familiar que elijan. Esto se consigue apoyando, formando y trabajando junto a los socios locales que mejor conocen sus comunidades.

Esta semana, líderes mundiales se reunieron en Washington DC para celebrar la primera década de Acting on the Call y debatir planes para la segunda. Entre los debates hubo enfoques clave que se basarán en los éxitos de los últimos diez años y conducirán a éxitos acelerados para el futuro:

1. Anclar la investigación en los sistemas de atención primaria para optimizar los resultados sanitarios;
2. Llegar a las personas y comunidades más difíciles de alcanzar;
3. Catalizar los compromisos de los países y la responsabilidad mutua;
4. Invertir en el personal sanitario como base de los sistemas de salud;
5. Identificar los cuellos de botella y adaptar las soluciones mediante un desarrollo dirigido a nivel local.
6. Generar y utilizar datos, pruebas y aprendizaje para la toma de decisiones.

No debemos olvidar nunca, cada día que pasa, cada año que pasa, que para quienes trabajamos para "responder a la llamada", cada éxito se mide por la vida de una madre o un hijo. El precio de un solo fracaso es demasiado alto para siquiera contemplarlo.

En el acto de presentación de Acting on the Call, celebrado esta semana, la Administradora de USAID, Samantha Power, anunció el nuevo marco estratégico para la próxima década: un marco centrado en la cobertura, la equidad y la calidad. Terminó su intervención con un enérgico llamamiento a la acción: "Tenemos todo lo que necesitamos para acabar con la mortalidad materna e infantil evitable en una generación. Pongámonos manos a la obra".

Vea el evento completo a continuación.