Por Mussa Stanis, Responsable de Gestión del Conocimiento y Comunicaciones, MOMENTUM Integrated Health Resilience RDC

El camino desde mi pueblo hasta mi trabajo en MOMENTUM Integrated Health Resilience fue difícil.

Nací en una familia polígama de 16 hijos en Mbutu, un pequeño pueblo de la provincia de Maniema, en el centro-este de la República Democrática del Congo (RDC). En esta parte del país hay mucha minería, pero la mayoría de la gente son agricultores de subsistencia o jornaleros. Mi padre, juez del tribunal local y profesor, murió cuando yo tenía sólo cuatro años, y seis de mis hermanos también han fallecido. Mis hermanos y yo recibimos las mismas oportunidades y muchos ánimos para confiar en nuestras capacidades y cursar estudios de larga duración.

En 1994, los refugiados hutus ruandeses huyeron a la RDC tras el genocidio de Ruanda. Dos años después, estalló una brutal guerra civil en la RDC. En lo que quizá se haya convertido en el conflicto más sangriento del mundo desde la Segunda Guerra Mundial, unos seis millones de congoleños han muerto en la guerra, mientras que millones más han sufrido abusos generalizados de los derechos humanos. Los combates, que continúan en la parte oriental de mi país, han devastado nuestra economía e infraestructuras, y han causado daños físicos y psicológicos masivos. Nuestros sistemas educativo, sanitario, jurídico y de carreteras siguen destrozados.

Tenía nueve años cuando estalló la guerra. Mis hermanos y yo teníamos que escondernos a menudo en el monte para escapar de los combates. Las escuelas estaban cerradas, así que me pasaba el día recogiendo agua, moliendo grano y cuidando de la casa cuando mi madre salía todos los días para ganar dinero con el que mantenernos. Pensaba que si podía cerrar los oídos, ya no oiría los bombardeos. Me dije que si sobrevivía, algún día terminaría la escuela y trabajaría para ayudar a mi comunidad.

En 2009, a los 24 años, cumplí mi deseo cuando obtuve un máster en Relaciones Internacionales y Estudios Diplomáticos por la Universidad Internacional de Kampala, en Uganda. Decidí regresar a la RDC y servir a mi país a través de ONG locales centradas en la protección de la infancia. Durante cuatro años, trabajé en el campo del desarme y la desmovilización de niños vinculados a las fuerzas armadas para reunirlos con sus familias. La mayoría de los niños estaban traumatizados tras haber sido reclutados a la fuerza como niños soldado en el conflicto.

En 2020, MOMENTUM empezó a colaborar estrechamente con el gobierno y las organizaciones nacionales y locales para que las mujeres, los niños y las familias pudieran tener acceso a una atención sanitaria materna, neonatal e infantil respetuosa y de alta calidad, a planificación familiar voluntaria y a servicios de salud reproductiva, a través de los sectores público y privado. MOMENTUM trabaja en algunos de los entornos más frágiles y afectados por conflictos del mundo para mejorar la salud de sus habitantes.

En abril de 2022, me incorporé a MOMENTUM como Especialista en Gestión del Conocimiento y Comunicaciones en nuestra oficina de Goma. Estoy haciendo el trabajo de mis sueños de la infancia: servir a grupos vulnerables afectados por guerras y desastres.

Una gran parte de mis tareas de comunicación consiste en informar sobre las historias y los resultados del trabajo de MOMENTUM desde las comunidades a las que servimos. Cada día hay algo nuevo que descubrir. Por ejemplo, como parte de los objetivos más amplios de crear capacidad, reforzar la calidad de la atención en los centros sanitarios y mejorar la prestación de servicios en general, MOMENTUM instaló paneles solares en varios centros sanitarios de mi zona. Estos dispositivos relativamente sencillos han sido vitales para alcanzar los objetivos más amplios de nuestro proyecto. Pude hacer fotos y hablar con madres que ahora pueden dar a luz sin peligro por la noche y con el personal que puede atenderlas mejor gracias a la mejora de la iluminación.

El aspecto más difícil de mi trabajo es lidiar a diario con entornos complejos, en medio de guerras y otros conflictos, epidemias e incluso una erupción volcánica. Sobre el terreno, me comunico con muchas de las personas a las que servimos. Me hacen preguntas que no puedo responder, como "¿Cuándo acabará la guerra? ¿Cuándo acabará el ébola?".

Cada día veo el impacto de MOMENTUM: La gente recibe información y vacunas COVID-19, las madres y los niños reciben mejor atención prenatal, durante el parto y después del parto, y los trabajadores sanitarios de la comunidad están mejor formados para trabajar en sus distritos. A veces, cuando pregunto a la gente de la comunidad por sus esperanzas para el futuro, me dicen: "Mussa, quiero trabajar con MOMENTUM, ¡igual que tú!". Esto me da la motivación para seguir sirviendo cada día.